Historia
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Discurso de apertura del presidente de SLAI.
Dr. Juan Carlos A. Speranza

La Sociedad Internacional de Investigación de la Impotencia, realizó su último meeting en 1990 en Río de Janeiro. En esa oportunidad un grupo de médicos latinoamericanos alentados por los Dres. Wiliam Furlow y Drogo K. Montague fundamos la Sociedad Latinoamericana de Impotencia. Esta reunión a la que hoy asistimos es la corporización de esa idea.

Este primer Congreso de SLAI, tiene por finalidad la intercomunicación constante entre los hombres de ciencia dedicados al área de la impotencia, que estoy seguro estimulará tanto el avance del conocimiento como la amistad.

El aislamiento es impropio del hombre estudioso, éste busca la cooperación de sus pares. Esta cooperación es vital y a mayor sabiduría mayor la obligación de desparramar la buena simiente en tierra propicia, fertilizada por el esfuerzo, la dedicación y el sacrificio de todos; tanto de aquellos consagrados como quienes se inician en una rama cuyo futuro es promisorio si comprobamos la actual realidad de los estudios y avances logrados.

El egoísmo, que es punto del mediocre, será un ausente en este conjunto de médicos reunidos. Todos los aquí presentes son generosos con sus conocimientos y experiencias. Los distinguidos colegas que han hecho un largo viaje para estar con nosotros tienen la humildad de saber y la virtud de derramar su sabiduría. Les estaremos profundamente agradecidos por su gesto y esperamos ser atentos depositarios de sus lecciones.

No olvidemos que el progreso de la humanidad se debe siempre a rebeldías vencedoras. Pero vencen porque llevan en su seno gérmenes de acción renovadora y no implemente palabras de renovación .

La investigación de la impotencia ha comenzado a ser cada vez más significativa y activa en la medida en que más y más importancia se le esté dando al concepto de “calidad de vida” en el mundo entero.

Las conquistas que la humanidad realiza en su penoso ascender hacia la perfeccion lejana, brotan rompiendo decaídos moldes de las entrañas mismas de la vida. Juntemos las energías de la voluntad, el saber de la mente, la generosidad del espíritu en una obra de entusiasmo y de fe.

Quiero ahora expresar mi profundo agradecimiento al Dr. William Furlow por todo el apoyo recibido. Agradezco también a los Dres. Montague y Goldstein por su contribución. Lo hago extensivo también a los delegados latinoamericanos y a todos los miembros que con el aporte de sus trabajos contribuyen al éxito de este evento.

Quiero agradecer también a las compañías y laboratorios que con su apoyo hacen posible este encuentro. Por último agradezco a todos los que de una u otra manera colaboraron en la realización de este Congreso. Muchas Gracias.